Una Mirada Al Cosmos

martes, 14 de agosto de 2018

La nave New Horizons capta un misterioso brillo en el borde del Sistema Solar

La sonda de la NASA ha vuelto a observar una fuente de luz ultravioleta avistada por las Voyager hace tres décadas. Se considera que procede de un muro de hidrógeno situado en la heliopausa



Representación de la heliosfera. El viento solar crea una burbuja en cuyo límite dominan las condiciones del medio galáctico - ADLER PLANETARIUM/IBEX/NASA

La nave New Horizons, la exploradora de Plutón y el cinturón de Kuiper de la NASA, ha observado luz ultravioleta que parece brotar del borde del Sistema Solar. Esta energía, según un artículo que se ha publicado en Geophysical Research Letters, procedería de un muro de hidrógeno situado en la heliopausa, una región que representa el límite a partir del cual la influencia del Sol se desvanece.

«Estamos viendo el umbral entre estar en el vecindario del Sol y estar en la galaxia», ha dicho en Sciencenews.org Leslie Young, coautor del estudio e investigador en el Southwest Research Institute, en Colorado (EE.UU.).

A medida que el Sol se mueve por la galaxia, en una hélice que se desplaza a una velocidad vertiginosa, produce una «burbuja» de partículas cargadas, el llamado viento solar, que constituye la heliosfera. Más allá de esa heliosfera, las condiciones que imperan dependen del medio galáctico o interestelar.

En el límite de esa burbuja, a una distancia de 100 unidades astronómicas (una de estas unidades es la distancia que hay entre la Tierra y el Sol), los átomos de hidrógeno procedentes del medio galáctico contactan con el viento solar. Ambos «chocan» y forman un frente que se mueve y evoluciona. Se cree que esta colisión crea un auténtico muro de hidrógeno capaz de dispersar la luz ultravioleta de una forma específica y reconocible.

Un muro solo visto por las Voyager

Las dos naves Voyager, los artefactos que más lejos han viajado en toda la historia, vieron señales de esta luz hace ya 30 años. Ahora, por primera vez en décadas, la New Horizons, una sonda del tamaño de un piano, ha podido repetir dichas observaciones.

Entre 2007 y 2017 el espectrógrafo Alice, a bordo de la sonda, ha estado escaneando el espacio para encontrar huellas del muro de hidrógeno en el límite del Sistema Solar.

Así se ha confirmado lo que las Voyager ya vislumbraron: que en el límite del Sistema Solar hay más luz ultravioleta de la que deberíamos ver si no hubiera tal muro de hidrógeno.

Sin embargo, los propios autores del estudio, encabezados por Randy Gladstone, han reconocido que también pudiera ser que existiera una fuente desconocida de radiación UV en la galaxia.

La próxima «parada» de la New Horizons se producirá en 2019, cuando sobrevuele las cercanías de Ultima Thule, un objeto del cinturón de Kuiper. Según los cálculos de la NASA, la sonda tendrá 10 o 15 años para continuar con sus observaciones y escanear el espacio en busca del brillo del límite del Sistema Solar.

Tal como ha dicho Wayne Pryor, otro de los coautores, si en algún momento el brillo ultravioleta decae, será porque New Horizons ha dejado atrás el muro. Si no, una de las opciones sería que la fuente está en las profundidades del espacio interestelar.





Fuente: https://www.abc.es/ciencia/abci-nave-horizons-capta-misterioso-brillo-borde-sistema-solar-201808140251_noticia.html#


viernes, 10 de agosto de 2018

La NASA lanzará su misión al Sol en agosto



La NASA ya tiene preparada su misión para darle "un beso" al Sol. El próximo agosto, la agencia espacial estadounidense lanzará la misión Parker Solar Probe, con la que se acercará a 4 millones de millas (6,43 millones de kilómetros) del astro rey. Lo más cerca que ha estado la humanidad del Sol fue en 1976, cuando la sonda espacial Helios 2 se acercó a 43 millones de kilómetros, mientras que Mercurio, el planeta más cercano al astro, se acerca como mucho a 46 millones de kilómetros.

Para que esto sea posible, la NASA ha anunciado la instalación de un "escudo de calor de vanguardia" llamado Thermal Protection System (TPS) en la nave que realizará el viaje. Este será el encargado de evitar que el núcleo de la nave espacial se exponga temperaturas de 1.370 grados centígrados, de manera que si todo sale bien el interior debería quedarse en torno a los 30 grados.

El escudo térmico está compuesto por dos paneles de un compuesto de carbono-carbono sobrecalentado, que intercalan un núcleo de espuma de carbono de 4,5 pulgadas de espesor. La cara del escudo que quedará mirando al sol también se rocía con un recubrimiento blanco especialmente creado y formulado para reflejar la mayor cantidad posible de energía solar y dejarla fuera de la nave.

Se trata además de un escudo increíblemente liviano con un peso de apenas 72,5 kilogramos, (160 libras), y su escudo de espuma es un 97% aire. Este poco peso es imprescindible para que la nave consiga lograr la órbita necesaria, ya que la nave se moverá a unas velocidades de 692.000 kilómetros por hora cuando más cerca esté del sol.

Este escudo lleva siendo probado desde otoño del 2017, y ahora por fin está instalado en la nave, quedando todo casi listo para su lanzamiento del mes que viene. Aunque el año pasado se instaló también en la nave durante un breve periodo de tiempo, ambos elementos han estado siendo testados por separado en el Goddard Space Flight Center, Maryland, de la NASA.


La misión fue anunciada el año pasado para el estudio de los campos magnéticos, de las partículas de plasma y de la dinámica de los vientos solares. El Sol es la única estrella que tenemos "cerca", por lo que acercarse a él supone un paso importante para entender mejor su funcionamiento en todo el universo.

Además, las perturbaciones en el viento solar sacuden el campo magnético de la Tierra, razón de más para entenderlos, y se sabe que el "clima espacial" puede afectar a los satélites y hacerlos durar menos, otro aspecto en el que es interesante saber lo máximo posible sobre los porqués.

La misión también quiere investigar el misterio de la corona solar, la atmósfera que se ve alrededor del Sol en un eclipse, y que está a mayor temperatura que la superficie. Eso desafía las leyes de la física, y la sonda podría desvelar las razones por las que esto ocurre, algo que para sus responsables sería como resolver los misterios de una región en la que no hemos estado nunca, y donde está ocurriendo magia.

Y claro, ni que decir tiene que si el escudo térmico protector funciona, la NASA habrá desarrollado un escudo térmico que también podría ser aprovechado en el futuro aquí en la tierra por diferentes industrias. Al fin y al cabo, la carrera espacial lleva décadas permitiéndonos desarrollar tecnologías de vanguardia para nuestro día a día.






Fuente: https://www.xataka.com/espacio/nasa-lanzara-su-mision-al-sol-agosto-escudo-termico-protegera-temperaturas-1-370oc

martes, 7 de agosto de 2018

Perseidas 2018: cómo ver la lluvia de estrellas de la mejor forma.

La Luna nueva del 11 de agosto garantiza una oscuridad en el cielo ideal para observar las lágrimas de San Lorenzo.


Las lágrimas de San Lorenzo, la lluvia de meteoros que sucede cada año durante los meses de julio y agosto, se podrán apreciar en España en su nivel máximo de actividad entre las 22.00 (hora Peninsular) del próximo domingo 12 y hasta las 10.00 del lunes 13. Este año las Perseidas se verán de manera "excelente" gracias a que el periodo de máximo ritmo de meteoros casi coincide con la Luna nueva del 11 de agosto, lo que garantiza una oscuridad en el cielo ideal para observarlas, según ha informado el Instituto Geográfico Nacional.

Este fenómeno astronómico visible en todo el hemisferio norte se da habitualmente entre el 17 de julio y el 24 de agosto. Aunque suelen ser las noches del 11 al 13 de agosto cuando estas "estrellas fugaces" alcanzan un ritmo máximo de hasta 200 meteoros en una hora si las condiciones de visibilidad son óptimas.

Las Perseidas se producen por el reguero de gases, polvo y materiales rocosos que dejan los cometas durante su órbita alrededor del Sol. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran numerosos fragmentos cometarios. Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcina y vaporiza los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente se denomina como "estrellas fugaces".

Para poder disfrutar de las lágrimas de San Lorenzo, el apartado astronómico del Instituto Nacional de Geografía recomienda acudir a un lugar oscuro en el que no haya árboles, edificios o montañas que obstaculicen la vista. Asimismo, tampoco aconseja utilizar instrumentos ópticos para no reducir el campo de visión. "Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad", aconsejan desde el organismo.





Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/08/07/ciencia/1533633746_928111.html

lunes, 6 de agosto de 2018

Estados Unidos revive su programa espacial tripulado

La NASA anuncia las primeras tripulaciones que saldrán de la Tierra luego de siete años; el Gobierno se apoya en el sector privado tras la jubilación de todos sus transbordadores.

Astronautas. Los nueve, entre principiantes y veteranos, que volarán en 2019 al espacio en naves de Boeing y SpaceX. NTX

La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) anunció que nueve astronautas integrarán las dos primeras tripulaciones que irán al espacio desde Estados Unidos (EU) en siete años, después de que la agencia pusiera fin al lanzamiento de sus transbordadores.

Los astronautas conformarán los equipos de los vuelos de prueba y de las tripulaciones que irán a la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de las dos naves comerciales que las compañías Boeing y SpaceX planean enviar a la estratosfera a lo largo del próximo año.

“Esto es lo excitante del asunto: por primera vez, desde 2011, estamos a punto de enviar astronautas estadounidenses en cohetes estadounidenses desde suelo estadounidense”, comunicó el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, durante una ceremonia de presentación en el Centro Espacial Johnson de Houston.

La primera dotación en ser presentada fue la de la cápsula Starliner de Boeing, que realizará un vuelo de prueba previsto para mediados de 2019 y que saldrá desde Cabo Cañaveral, propulsada por un cohete Atlas V de la United Launch Alliance.

Esta tripulación estará compuesta por tres astronautas: Eric Boe, quien fue piloto del transbordador Endeavour; Chris Ferguson, quien participó en el último lanzamiento; y la debutante Nicole A. Mann.

A pesar de su carácter comercial, con estos lanzamientos Estados Unidos vuelve a retomar protagonismo en la carrera espacial después de que hace siete años comenzara a depender de Rusia para el envío de astronautas al espacio, con el objetivo de reducir el costo de sus misiones. A partir de entonces, China y Rusia han desarrollado infraestructuras que les permitieron convertirse en referentes en aportaciones de este tipo.

Dependencia de potencias

En los últimos años la estratósfera, más que el escenario de una competencia mundial, se convirtió en un punto de encuentro entre las principales potencias en la carrera espacial, como pone de manifiesto el buen momento que atraviesa la Estación Espacial Internacional (EEI), en el que investigadores de diversas naciones colaboran codo con codo.

Fruto de este espíritu colaborador, en los últimos años Washington confió en las infraestructuras rusas para enviar a sus astronautas, gracias a la nave Soyuz, que habitualmente despega desde la base kazaja de Baikonur, una instalación financiada por Moscú.

Ese ejemplo de la dependencia es la primera barrera que busca derribar el Gobierno estadounidense con su programa espacial privado.
LA CIFRA

80 millones de dólares, por asiento, pagó Estados Unidos por el envío de astronautas a la EEI en la nave rusa Soyuz en los últimos siete años.



Fuente: https://www.informador.mx/tecnologia/Estados-Unidos-revive-su-programa-espacial-tripulado-20180804-0004.html

viernes, 3 de agosto de 2018

Ciencia Identifican exoplanetas donde podría desarrollarse vida extraterrestre













Un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge detectó "los mejores lugares para buscar vida".

Un grupo de científicos logró identificar exoplanetas donde podría desarrollarse vida como lo hizo en su día en la Tierra, al tener las condiciones químicas necesarias, según un estudio publicado este miércoles en la revista especializada Science Advances.

Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) descubrieron que las posibilidades de vida en la superficie de un planeta rocoso como la Tierra pasan por el tipo y la fuerza de la luz emitida por la estrella de su sistema.

El informe propone que las estrellas que emiten suficiente luz ultravioleta (UV) podrían activar la vida en los planetas que las orbitan de la misma manera que probablemente se desarrolló en la Tierra, donde esa luz alimenta una serie de reacciones químicas que facilitan la vida.
"Este trabajo nos permite reducir los mejores lugares para buscar vida. Nos acerca un poco más a la cuestión de si estamos solos en el universo", señaló el autor principal, Paul Rimmer, del Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, que colaboró con el Laboratorio de Biología Molecular de esa ciudad británica en este estudio.

El nuevo documento es el resultado de esta colaboración, que reúne la química orgánica y la investigación de exoplanetas, y se basa en el trabajo del profesor John Sutherland, coautor del trabajo actual, que estudia el origen químico de la vida en la Tierra.

En un artículo publicado en 2015, el grupo del profesor Sutherland encontró que el cianuro, aunque es un veneno mortal, fue de hecho un ingrediente clave en el origen de la vida en la Tierra.

Según esta hipótesis, el carbono de los meteoritos que se estrellaron contra la Tierra joven interactuó con el nitrógeno en la atmósfera para formar cianuro de hidrógeno, que impulsado por la luz ultravioleta del sol creó la primera molécula de vida.

En el laboratorio, el grupo de Sutherland recreó estas reacciones químicas bajo lámparas UV y generó los precursores de los lípidos, aminoácidos y nucleótidos, todos componentes esenciales de las células vivas.

Para encontrar si estas condiciones se pueden dar en otros planetas, el equipo de Rimmer midió el número de fotones emitidos por las lámparas de Sutherland y luego comparó esta luz con la de diferentes estrellas.

Los dos grupos realizaron una serie de experimentos de laboratorio para medir cuán rápidamente se pueden formar los componentes básicos de la vida a partir de cianuro de hidrógeno e iones de sulfito de hidrógeno en agua cuando se exponen a la luz ultravioleta.

Al comparar los resultados con escenarios de oscuridad, descubrieron que las estrellas a la misma temperatura que nuestro sol emitían suficiente luz como para que se formaran los bloques de construcción de la superficie de sus planetas.

Las estrellas frías, por otro lado, no producen suficiente luz para que se formen estos bloques de construcción, excepto si tienen frecuentes llamaradas solares poderosas que impulsan la química paso a paso.

Entre los exoplanetas conocidos que residen en la zona de abiogénesis se encuentran varios planetas detectados por el telescopio Kepler, incluido Kepler 452b, un planeta que ha sido apodado 'primo' de la Tierra, aunque está demasiado lejos para sondear con la tecnología actual.

Fuente:  EFE


Las estrellas huérfanas que vagan entre las galaxias

La NASA describe a ciertas estrellas como "almas perdidas" debido a que están flotando solas en el universo y emiten una luz tenue...